Muchas personas que acuden a nosotros buscando ayuda encuentran resistencias en el adicto que pueden hacer difícil y desalentador iniciar un tratamiento para la recuperación de la enfermedad, sobre todo porque desconocen los mecanismos característicos de la personalidad que define al enfermo de adicción. Es muy importante identificar estas características para entender cómo es el comportamiento de un adicto, que parece no abrirse a la ayuda que tan desesperadamente buscan su familiares para salir de esa situación.
A continuación proponemos una serie de rasgos que es conveniente conocer y asumir cuando estamos frente a una persona que sufre una adicción con la finalidad de no entrar en su juego y caer en una trampa emocional que muchas veces sufren sus familiares, además de ir avanzando progresivamente en un tratamiento efectivo que pueda llevar al cambio real y positivo en la vida de estas personas.
1. Negación
El adicto niega su enfermedad y se auto engaña pensando que no tiene ningún problema. No deja de ser un mecanismo de escape y negación de la realidad para no asumir o plantar cara a las consecuencias que su trastorno tiene para su vida. En el fondo sabe que algo no va bien, pero admitirlo conlleva también poner remedio a una situación límite y estresante.
2. Minimización
Todos los demás ven el problema con unas dimensiones que el adicto considera exageradas. Esto quiere decir que la persona afectada por la adicción minimiza su consumo problemático no dando la debida importancia a esa conducta desadaptada. Frases como “todo el mundo bebe los fines de semana”, “un poco de cocaína para divertirse no hace daño”, “el cannabis es algo natural y ayuda a relajarme” son ejemplos de cómo el adicto resta importancia a su adicción.
3. Manipulación
El adicto manipula emocionalmente a las personas de su entorno consiguiendo que se sientan culpables e impotentes. El enfermo es incapaz de tolerar la auténtica causa del descontrol en su vida y su última finalidad es mantener su adicción y consumo. Para todo ello no ahorrará en descargar sobre quienes le rodean toda su frustración para hacerlos culpables de su desorden.
4. Pensamiento ambivalente
El adicto por un lado desearía librarse de las consecuencias negativas de su adicción pero, al mismo tiempo, quiere seguir disfrutando de los efectos que el consumo le proporciona. A esta situación contradictoria se le conoce como ambivalencia ante el discurso interno del adicto a favor del mantenimiento o a favor del cambio. La finalidad de la terapia motivacional en el tratamiento de la adicción pasa precisamente por resolver esa ambivalencia en orden al cambio.
5. Inestabilidad emocional
Los estados emocionales del adicto sufren numerosos cambios, frecuentemente provocados por estímulos externos o a veces sin necesidad de esos estímulos. A esto se le conoce como labilidad o inestabilidad emocional que hacen del adicto alguien vulnerable y susceptible.
6. Pérdida de intereses
En la escala de intereses del adicto, todo queda relegado a último lugar cuando se trata de buscar el objeto de su adicción. Lo que hasta se momento había sido objeto de su interés o había tenido valor en su vida es pospuesto en aras del consumo o la realización de la conducta adictiva, produciéndose un empobrecimiento del conjunto de intereses.
7. Falta de control
Pérdida de control de su vida en todos los aspectos: familiares, afectivos, laborales, económicos, poniendo en peligro la estabilidad familiar, el vínculo de pareja, la responsabilidad económica. Todo ello conlleva a tener deudas, mentir para conseguir dinero, problemas con la justicia e incluso aislamiento social y marginación.
8. Incapacidad de planificar
El adicto solo puede pensar en el aquí y ahora de su adicción, produciéndose una incompetencia para proyectar planes futuros.
9. Vacío interior
Insatisfacción, desilusión y vacío existencial. Todo lo que no sea la realización de la conducta adictiva o el consumo de la sustancia se convierte en algo carente de interés para el adicto.
10. Autoengaños
Construcción de una realidad paralela totalmente falsa, llena de creencias ficticias y mentiras, que permite al adicto mantener su adicción y convertirla en el primer y único objetivo de su vida.
Todo esto se resume en un empobrecimiento vital y abandono de uno mismo en favor de la conducta adictiva. Esto hace que el enfermo que padece la adicción vaya paulatinamente alienándose y despersonalizándose hasta perder su propia autonomía y libertad. Clínica Efficiens, centro de desintoxicación en Córdoba, pretende ser una ayuda al adicto y a su familia que comience por la identificación de esas resistencias que parece que imposibilitan una recuperación, pero que pueden llegar a convertirse en aprendizaje y en oportunidades para que tanto el paciente como su entorno social recorran un camino que les lleve a recuperar la ilusión y los valores e incluso aprender a disfrutar aún más, y de una manera nueva, de los buenos momentos de esta vida.
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