Toda persona con adicción manipula. Es un comportamiento asociado a esta enfermedad que nos permite entender el comportamiento detrás de una adicción. La manipulación es una de las conductas más dolorosas y confusas que puede experimentar alguien que ama a una persona con adicción. ¿Por qué alguien que dice querer a su familia o amigos actúa de manera deshonesta o egoísta? ¿Por qué miente, oculta, minimiza o chantajea emocionalmente? La respuesta está profundamente ligada a la naturaleza misma de la adicción.
1. La adicción no es una elección, es una enfermedad
Primero es fundamental entender que la adicción no es simplemente falta de voluntad o una “mala actitud”. Es una enfermedad crónica que afecta el cerebro, especialmente las áreas responsables del juicio, el autocontrol y la toma de decisiones. Bajo la influencia de una sustancia (ya sea alcohol, drogas u otras), el sistema de recompensa cerebral se desregula. El adicto no solo quiere consumir, sino que siente que necesita hacerlo para funcionar o sobrevivir. Esto es equiparable también a una adicción comportamental, como el juego patológico o el sexo compulsivo.
2. La manipulación como mecanismo de superviviencia
En este contexto, la manipulación puede verse como una herramienta de supervivencia. La persona adicta, dominada por la compulsión de consumir, hará lo que sea para conseguir la sustancia o evitar consecuencias. Esto puede incluir:
- Mentir para cubrir recaídas.
- Culpar a otros para evitar la responsabilidad.
- Prometer cambios que no puede sostener.
- Usar el afecto, la culpa o el chantaje para obtener dinero o apoyo.
No es que no ame a las personas a su alrededor. Es que en su sistema de prioridades distorsionado por la adicción, la droga, el alcohol o la conducta adictiva ocupan el primer lugar.
3. El ciclo de la culpa y la manipulación
Muchas personas con adicción experimentan una profunda vergüenza por su comportamiento. Tras una recaída o una manipulación, sienten culpa, tristeza, desesperanza. Pero si no reciben tratamiento o apoyo adecuado, la culpa puede llevarlos nuevamente al consumo como escape. Así se crea un círculo vicioso donde manipulan para consumir y consumen para silenciar la culpa de haber manipulado.
4. La manipulación no significa maldad, pero sí daño
Es importante no confundir las razones con las justificaciones. Que la manipulación sea parte del trastorno no significa que sus consecuencias no sean reales. Las personas, los padres, los hijos, las parejas que aman a la persona con adicción también sufren. Poner límites no es un acto de crueldad, sino una forma de protegerse y de ayudar, indirectamente, a la persona a tocar fondo y buscar ayuda, principalmente, rompiendo la negación.
5. El camino hacia la recuperación incluye la honestidad
Cuando llega el momento de la recuperación, una de las primeras tareas es enfrentar la verdad. Nuestro programa terapéutico de Clínica Efficiens, ayudará a la persona con adicción a reconocer e identificar sus principales comportamientos que sirven como sostenimiento de la adicción. Este trabajo supone reconocer cómo ha manipulado, para qué lo ha hecho y cómo puede reconstruir relaciones desde la responsabilidad y la sinceridad.
En resumen, quienes padecen una adicción manipulan no porque sean malas personas, sino porque su mente está atrapada en una necesidad que ha tomado el control. Comprender esto no significa tolerar abusos, pero sí puede ayudar a generar compasión y a tomar decisiones más informadas, tanto para quienes viven la adicción como para quienes la rodean.