En esta entrada vamos a dar algunos consejos a los padres y familiares ante la sospecha de que algún miembro de la familia está consumiendo alguna sustancia estupefaciente. Con la pandemia que hace ya 15 meses nos viene afectando y con el consiguiente confinamiento ha habido muchas familias que han podido advertir que existía en su entorno un problema de consumo de drogas. De una manera o de otra, tarde o temprano, estas cosas terminan saliendo a la luz y suele ser para la familia un impacto bastante desagradable que es preciso acometer con acierto en ese primer careo con la adicción.
Cuando un padre, una madre, la pareja o cualquiera sospecha que su familiar o alguna persona próxima consume drogas o está llevando a cabo conductas que podrían desembocar en algún otro tipo de adicción, siempre hay que mostrarse comprensivo pero firme. Proponemos algunas recomendaciones sencillas que es preciso poner en práctica, así como otras actitudes que conviene evitar:
- Procure dialogar en vez de juzgar.
No se trata de dialogar con la adicción, a la que hay que plantar cara desde el principio, sino dedicar tiempo a que la persona exprese cómo se siente, cómo está, no tanto al porqué lo hace. Eso vendrá en su momento. “¿Cómo te sientes?” “¿Te encuentras a gusto?” “¿Te preocupa algo?” “¿Eres feliz?” (Conviene interrogarnos sobre cuantas veces hacemos esas preguntas a nuestros hijos, pareja, amigos, en nuestro diálogo con ellos). Por el contrario, no juzgue, puesto que un problema de adicción no hace a la persona buena o mala, es más, ni siquiera la adicción hay que entenderla como un hecho aislado, sino conectado a la vida del que la padece. No califique negativamente a la persona que la padece y no ayuda el hacerlo directamente cuando sospecha del problema. La adicción es una enfermedad y como tal tiene que ser tratada.
- Intente dar importancia justa sin dramatizar.
Ante la sospecha o evidencia del consumo de drogas, conviene darle importancia, pero en su justa medida, sin minimizar el problema, pero tampoco exagerándolo. No haga un drama de algo que tiene solución, conseguirá añadir más estrés emocional al ambiente y a las circunstancias existentes. Hay que tener respeto, pero no miedo. Existen lugares y profesionales adecuados para ayudarle a usted y a quien manifiesta esa conducta problemática a salir de esa situación.
- Crea lo que ve y no niegue la evidencia.
A veces podemos ser escépticos (o negacionistas, como está de moda decir ahora) cuando tenemos ante nuestros ojos evidencias de un comportamiento problemático. Es preciso mantenerse firme ante la prueba de que algo no va bien. Quizás por vergüenza, por el qué dirán, por egoísmo, o simplemente por miedo, puede ocurrir que se niegue algo que es un indicio bastante acertado de que existe una conducta adictiva. De nada sirve negarlo, sobre todo porque es la oportunidad para poner solución a una problemática que a medida que pase el tiempo suele agravarse.
- Comparta su preocupación y no oculte información.
No tenga reparo en comunicar sus preocupaciones a otros miembros de la familia, o si es el caso de una madre o padre sobre su hijo compartirlo el uno con el otro. No soluciona nada preocupándose usted solo. Diga las cosas tal y como son, tal y como las ha encontrado y según las sospechas que le sugieren y hable sin reparo de las consecuencias que puede tener en la vida ese problema. No oculte información para no preocupar.
- Confrontar y no encubrir.
Es conveniente mostrar la evidencia de un problema a la persona que lo puede tener. No se quede en decir “me han dicho” o “he escuchado por ahí” sino argumente con solidez sus sospechas y de oportunidad también a que el otro exprese su explicación ante esas pruebas que justifican dichas sospechas. Un encubrimiento puede ser tomado como una señal ante el adicto de que eso que está haciendo no es tan malo o perjudicial para su vida. No entre en el juego de la coadicción ni favorezca así conductas que pueden prolongar en el tiempo y agravar el problema generando situaciones de estrés y conflictos.
- Supervisar sin presionar ni agobiar con reproches.
No baje la guardia pensando que con solo una conversación ya ha solucionado el problema. Siga estando atento y vigilante, pero sin ejercer presión aludiendo constantemente a ello o reconduciendo cualquier conversación a lo mismo. No presione y muéstrese siempre abierto a ayudar y colaborar.
Si tiene algún problema de adicción o conoce a alguien que pueda tenerlo, en Clínica Efficiens, centro de desintoxicación en Córdoba, contamos con un gran equipo profesional sensibilizado con esta problemática que puede ayudarle a superar esta crisis. Ponemos a disposición de quien nos necesite nuestra empatía, calidad humana y discreción en el abordaje de este problema, así como recursos terapéuticos adecuados para la prevención y el tratamiento de cualquier tipo de adicción.