El consumo de sustancias es un fenómeno universal y para nada reciente. A lo largo de la historia se ha recurrido al uso de sustancias con fines recreativos, terapéuticos o místicos. Por ello, su consumo ha afectado y sigue afectando a numerosos individuos que las utilizan en algún momento de su vida, desarrollando así una dependencia a sustancias tóxicas.
Sin embargo, la transición del uso al abuso y a la dependencia no es un proceso inmediato, sino que pasa por distintas fases:
1. Fase previa o predisposición
Hace referencia a una serie de factores de riesgo y protección que aumentan o reducen la probabilidad del consumo problemático de sustancias y que podemos clasificar en biológicos, psicológicos y socioculturales. Aquí cobra mucha importancia uno de los objetivos principales de la prevención, consistente en minimizar los factores de riesgo y reforzar los de protección.
2. Fase de conocimiento
Esta fase está profundamente unida a la disponibilidad de la sustancia en el entorno del sujeto, al conocimiento de la droga, así como de sus efectos. También cobra fuerza aquí otro de los objetivos de la prevención, que sería aportar información veraz sobre los efectos y riesgos que produce el consumo de drogas y aclarar algunos mitos muy extendidos sobre su uso.
3. Fase de experimentación
Simultánea al uso de sustancias. Tras la fase anterior (conocimiento) puede ocurrir el inicio del consumo o bien que el sujeto continúe sin consumir. Esta etapa está muy ligada a la adolescencia y a la adultez temprana que suele ser la etapa vital donde se inicia el consumo experimental. Es de suma importancia una primera intervención en esta etapa temprana del consumo ya que minimiza riesgos a medio y largo plazo.
4. Fase de consolidación
Aquí se da el paso del uso al abuso y a la dependencia. En esta fase se puede producir un aumento del consumo y la evolución a otro tipo de sustancias más duras. Cuando la dependencia se mantiene en el tiempo podemos hablar de una adicción consolidada. Es también en esta etapa cuando se empiezan a notar las consecuencias del consumo a nivel personal, social y familiar. A partir de este momento es hora de plantearse seriamente la ayuda profesional.
5. Fase de abandono o mantenimiento
Requiere una conciencia del individuo de que las consecuencias negativas del consumo son más importantes que las positivas, pudiendo despertar esta conciencia un cúmulo de factores externos (presión del entorno familiar, crisis de pareja, problemas legales, hospitalizaciones y deterioro de la salud) o factores internos. En esta etapa los distintos tratamientos para el abandono del consumo cobran una especial importancia en la consecución y mantenimiento a largo plazo.
6. Fase de recaída
Muy habitual en el proceso de deshabituación (recordemos que la definición de la adicción es “enfermedad crónica que cursa con recaídas.”). Esta fase puede producirse incluso años después del último consumo.
En Clínica Efficiens, centro de desintoxicación en Córdoba, aquellas personas que se encuentren en cualquiera de estas fases podrán encontrar una intervención y una respuesta eficaz y profesional que les ayude, desde pautas para una correcta prevención en las etapas más iniciales, recursos sociosanitarios adecuados para un correcto y personalizado tratamiento de abandono de la adicción y técnicas de prevención de recaídas en estadios más avanzados del tratamiento.
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